En las décadas siguientes sucedieron otras revoluciones cada vez más rápidas y con mayor poder, desde la conectividad de los ordenadores a Internet hasta las redes sociales y los teléfonos inteligentes. Pronto, la tecnología comenzó a ser una fuerza disruptiva en sectores económicos que no estaban basados en el mundo digital:
Y la lección siempre ha sido la misma: una vez que una nueva herramienta llega y demuestra su efectividad, es aprovechada por un reducido grupo de adoptadores tempranos, luego una gran cantidad de seguidores de tendencias y después por otro numeroso grupo de opositores al cambio que se convierten en adoptadores tardíos. Finalmente, el pequeño grupo de negacionistas permanentes se autoconfinan en los terrenos de la autosubsistencia marginal.
La Inteligencia Artificial (IA) no es una invención reciente, pasó varias décadas confinada en laboratorios de experimentos, pero recién se está presenciando su momento de irrupción social a escala global y al alcance de cualquier persona.
| Ejemplos de herramientas de IA disponibles de manera masiva | ||
| Tipo | Uso | Ejemplo |
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Generación de contenidos (creación, reconocimiento, clasificación, evaluación) |
Buscar ideas, hacer resúmenes, obtener información, clasificar datos, elaborar presentaciones, calificar exámenes con respuestas originales escritas, generar informes. |
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Generación o manipulación de imágenes y gráficos |
Ilustrar una idea, generar prototipos visuales, ilustrar una presentación, crear logotipos. |
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Generador de voz |
Locución para podcast de audio o video, lectura de textos en voz alta, traducción simultánea, reconocimiento de voces, distorsión de voces que requieren confidencialidad. |
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Identificador de objetos |
Reconocimiento de mercancías o insumos, identificación de personas, identificación de minerales, navegación vial, descripción de imágenes para personas sin capacidad visual, inspección en sitios, inventarios. |
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Generador de personajes digitales |
Demostraciones, role-playing (dramatización), análisis de comportamientos, simulación de conversaciones, entrenamiento de habilidades sociales, exploración de alternativas de negociación, presentación ante audiencias, capacitación. |
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Generador de videos |
Educación, entrenamiento, onboarding, ventas, presentación, asistencia a usuarios, reconstrucción de escenas (buenas y malas prácticas), construcción de prototipos comportamentales. |
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Muchas personas, equivocadamente, llaman “buscadores” a herramientas como ChatGPT, nada más alejado de la realidad, ya que, se trata de herramientas con capacidades de adquirir y replicar alguna actividad de la inteligencia humana que resulte generativa. Un buscador simplemente rastrea las fuentes con contenidos, pero la IA no sólo es capaz de buscar, sino de crear a partir de lo que ha aprendido. En un auto Tesla, su computadora y sensores son capaces de identificar personas u objetos que va viendo a lo largo del camino (un ciclista, un semáforo, un contenedor de basura) y, a partir de eso, crea una decisión.
Es curioso observar los comportamientos humanos frente al cambio; la computadora de un Tesla en sus etapas más tempranas cometía demasiados errores (como observar un contenedor de basura y creer que se trataba de un barco). Hubo quienes aprovecharon estas anécdotas para declarar inútil y poco confiable a la IA, en lugar de entender que se trataba de los errores propios de cualquier nueva tecnología en sus etapas iniciales.
Es cierto que algunos casos de fracaso o mal uso serán retirados o bloqueados luego de escándalos y restricciones normativas, pero estas situaciones no desecharán a la IA; más bien, la irán colocando en su sitio. Entre algunos ejemplos, Microsoft ha iniciado ya las pruebas de su programa Pilot para asociar la IA a aplicaciones de amplio uso en los negocios (Word, Excel o PowerPoint).
Si el arado mediante la tracción animal o mecánica redefinió el trabajo del agricultor y sus habilidades, la IA hace exactamente lo mismo, sólo que en actividades de gran complejidad. A continuación, algunos principios para repensar la educación y el trabajo humano:
La educación debe priorizar el aprendizaje que permite realmente “ser humanos”
En estos temas, la institucionalidad educativa ha quedado en deuda con la humanidad simplemente porque no eran habilidades útiles al sistema laboral de la era industrial. De repente, comienza a desmoronarse la importancia de memorizar la fecha de nacimiento y los nombres completos de los próceres de la patria o el nombre exacto de cada galaxia. Información valiosa, pero accesible desde la curiosidad y no desde la retención inútil del dato mismo.
Aceptar la realidad y construir en ella
Se ha visto a instituciones educativas que se preguntan absurdamente cuál será la mejor vía para bloquear el uso de la IA a sus alumnos; olvidan cuestionarse lo más importante: dado que la misión es formar seres aptos para la vida, ¿de qué manera se debe acompañar a los estudiantes para que sean hábiles, agudos, éticos y creativos en el uso de la IA, una tecnología que estará presente en su vida futura?
Migrar a nuevas habilidades con flexibilidad y rapidez
Ante la adopción masiva de las hojas de cálculo en la década de los 90, las empresas más inteligentes facilitaron a su talento el desarrollo de habilidades para que dejaran de hacer trabajo inútil y comenzaran a crear valor a partir de donde la nueva herramienta dejaba la mesa puesta.
Ahora, en la era de la IA se repite la lógica, se requiere facilitar que el trabajo de las y los colaboradores sea de muy alta calidad en los procesos previos y posteriores a la ejecución de la IA; por ejemplo: ser muy efectivos, creativos, cautelosos, críticos, complejos y específicos al momento de realizar un prompt (la instrucción que los humanos dan a la IA) y saber qué valor crear con los resultados que arrojan estas herramientas.
Practicar para descubrir lo que la IA es capaz de hacer
Es cierto que debería haber cierta dosis sana de cautela al experimentar con la IA; en escenarios controlados y de bajo riesgo. Se debe descubrir, practicar y reflexionar acerca de qué es capaz de hacer dicha tecnología; no hacerlo posterga la ventaja como individuos o como organizaciones.
Se observan dos clases de posturas en redes sociales y medios de comunicación acerca de la IA: los entusiastas extremos y los detonadores de pánico digital; sin embargo, las lecciones aprendidas en la historia de la relación humano-máquina enseñan que los fenómenos de cambio no pueden ser abordados desde una perspectiva simplista o distorsionada por el miedo paralizante o el fanatismo a ciegas. La mejor perspectiva es conocer, experimentar, decidir entre alternativas y actuar.
Se cree que la era de la adopción masiva de la IA será uno de los más grandes desafíos a las capacidades críticas, de flexibilidad y adaptación al cambio que la humanidad requerirá poner en práctica. Prohibir la realidad equivale a pretender ponerle puertas al campo.
Aceptar la IA y entenderla debe ser el primer paso para una transformación responsable, ética y productiva; porque no es más que eso: otra herramienta en el largo camino para lograr más resultados amplificando el esfuerzo con nuevos mecanismos. 
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