Verdad, ética y calidad: valores del Despacho Roberto Casas Alatriste

DeRCA dejó de existir como tal, no obstante, las aportaciones de este despacho a la contaduría pública nacional e internacional son trascendentes e imborrables.

En la clase de auditoría, uno de mis más distinguidos y queridos maestros nos decía que lo que una entidad comunica en los estados financieros dictaminados es la verdad sobre la información económica que presenta el estado de situación financiera a una fecha dada, así como el resultado de sus operaciones y el flujo de efectivo por un periodo.

Al preguntarle sobre si la verdad sería la misma para los dueños de la entidad, el fisco, los trabajadores o los interesados en comprar o vender una empresa, su respuesta fue categórica: la verdad que presentan los estados financieros es la preparada de acuerdo con los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA), hoy denominados como Normas de Información Financiera (NIF) y, desde luego, dictaminados de acuerdo con las Normas de Auditoría Generalmente Aceptadas (NAGA) emitidas por el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP).

Desde luego, hace 100 años no existían los PCGA ni las NIF como se conocen ahora, pero sí se tenía la necesidad de contar con estados financieros confiables examinados por un contador público independiente. Para que al referirse a los PCGA el criterio fuera consistente y comparable, en DeRCA se dio un seguimiento muy puntual sobre las prácticas contables más frecuentes, no sólo a nivel nacional, sino también internacional, y con esto, poder referirse a dichos principios como el marco técnico bajo el cual se preparaban los estados financieros dictaminados.

Fue hasta finales de 1969 y principios de los años 70 cuando la comisión de Principios de Contabilidad del IMCP publicó los boletines Serie Azul, los cuales contenían los primeros PCGA resultado de una investigación exhaustiva y un proceso de auscultación amplio, el cual permite confirmar que dichos principios son “generalmente aceptados”. Hay que mencionar que el presidente de la comisión del IMCP que emitió esta serie fue un socio de DeRCA.

La familia es el valor más grande que une a quienes han tenido el privilegio de haber desarrollado su carrera profesional en DeRCA.

San Agustín no sólo fue inspirador del concepto de verdad ya comentado, sino que, además, introdujo la evidencia como un criterio de verdad. Como yo lo entiendo, la evidencia de la verdad, en el caso de estados financieros preparados con PCGA (ahora NIF), se logra mediante un examen desarrollado de acuerdo con las NAGA emitidas por el IMCP y por la International Federation of Accountants (IFAC).

Los PCGA y las NIF incluyen conceptos que deben ser bien entendidos y mejor aplicados; por eso, es indispensable que las universidades que imparten las carreras de contador público (en general) y de negocios (en lo particular), incluyan en sus planes de estudio materias que analicen a profundidad las normas contables y de auditoría.

Asimismo, el IMCP estableció, desde hace varios años, la Norma de Educación Profesional Continua (NEPC), la cual obliga a los contadores públicos, que quieran ostentarse como certificados, a cumplir con programas de actualización en éstas y otras materias. Cabe resaltar que el pionero en el establecimiento de esta norma fue un socio de DeRCA cuando presidía el IMCP.

La calidad en los servicios profesionales que ofrecen los contadores públicos es un compromiso ineludible; se logra con planes de estudio de las universidades de muy alto nivel, así como con programas de actualización de los organismos profesionales. Pero además, se requiere que las firmas de contadores públicos establezcan estrategias de entrenamiento y capacitación que permitan el más alto grado de calidad en los servicios que ofrecen. En DeRCA, motivados por nuestro fundador, siempre se establecieron programas de capacitación del más alto nivel nacional e internacional.

Don Roberto Casas Alatriste supo imbuir valores en sus socios y en la filosofía de su despacho, el cual ha sido escuela para muchos profesionales relacionados con el mundo de los negocios.

Como se ha mencionado, la calidad es un compromiso y no sólo es un anhelo o una buena intención; por ello, en DeRCA se establecieron programas voluntarios de control de calidad a nivel nacional e internacional desde hace años, mucho antes de que se emitiera la Norma de Control de Calidad (NCC) como obligatoria por el IMCP en enero de 2010. La verdad y la calidad pueden estar de nuestro lado, pero de poco valen si no están acompañadas por la vocación de servicio hacia los clientes de una firma de contadores públicos.

Recuerdo con nostalgia y afecto una conversación que tuve con don Roberto a los pocos meses de haber ingresado a la firma. Me había atrevido a escribir un artículo en el órgano de difusión interno que tenía el despacho en 1963; en éste decía que la vocación al rendir servicios profesionales debe ser similar a la que se tiene para el matrimonio o para el sacerdocio, pero con el enfoque de identificar las verdaderas necesidades de los clientes y luchar para satisfacerla con el más alto grado de calidad; lo anterior, en el marco de la ética más estricta.

La ética y la moral son conceptos equivalentes. Al cumplir con el código de ética del IMCP, se debe estar conscientes de que se actúa moralmente; por ende, la ética no es una camisa de fuerza, más bien, es un estilo de vida. No se puede cumplir con este valor a veces sí y a veces no, hay que acatarlo siempre. Don Roberto Casas Alatriste supo comunicar a sus socios y personal esta convicción que le dio al despacho una fortaleza profesional de primer orden.

La verdad en la información que proporcionan los estados financieros que preparan las entidades es un requisito imprescindible para ofrecer servicios de calidad.

Posiblemente, el valor más grande que une a quienes hemos tenido el privilegio de haber desarrollado nuestra carrera profesional en DeRCA es el valor de la familia. “Somos una gran familia”, solíamos escuchar de nuestros directores; al oírlos y entender a cabalidad su trascendencia, nos integrábamos a este concepto con un afecto profesional bien entendido, con amor filial.

Conclusiones

La visión internacional de los socios de DeRCA nos llevó a integrarnos a Coopers & Lybrand y, posteriormente, a PricewaterhouseCoopers (PwC). DeRCA dejó de existir como tal, no obstante, las aportaciones de este despacho a la contaduría pública nacional e internacional son trascendentes e imborrables; por esto, es que celebramos con orgullo los cien años de su fundación. La vida es corta, por eso, hay que vivirla plenamente en lo personal y en lo profesional.