no de los principales elementos para revalorar a los gobiernos y organizaciones públicas, así como a su participación en la solución de problemas públicos y en la consecución de bienestar, es el papel que juegan y cómo se desempeñan en un contexto extraordinario y de emergencia. Aquí se debe observar precisamente la centralidad y el protagonismo que les implica un contexto con estas características.
¿En dónde radica la relevancia de su papel?, la respuesta a esta interrogante la da (por ahora) su actuación en la crisis derivada de la pandemia. Los gobiernos no responden igual que un privado, pues no tienen la misma responsabilidad. Pese a que ésta se asume para muchos como corresponsabilidad, en realidad, el Estado no sólo asume una responsabilidad mayor, sino que le es dada por la colectividad de forma natural (en forma de reclamo y exigencia por ser los representantes y poseedores de los recursos públicos).
Por lo anterior, los gobiernos son los tomadores de decisiones y quienes ejercen el poder público, de ahí que la centralidad del Ejecutivo sobre los privados no sólo no es cuestionable, sino que es distinguible a la luz de los objetivos, funciones y acciones: el bienestar social y no la utilidad privada, funciones que ninguna otra organización podría representar o resolver.
La crisis sanitaria provocada por la pandemia reivindicó no sólo la importancia de los gobiernos, sino la importancia de la calidad, capacidades, alcances y suficiencia de sus instituciones. La economista Esther Duflo (analizando precisamente el problema de la pandemia) dice que los gobiernos son importantes. En este sentido, la economista compara a los científicos sociales como fontaneros en el sentido de sus objetivos: la resolución de problemas públicos concretos.
La magnitud de las decisiones que se tomaron durante la pandemia sólo las pudo tomar (y luego ejecutar) el gobierno; por ello, los gobiernos importan, los fontaneros o solucionadores de problemas públicos concretos importan.
Dada la relevancia de estos contextos extraordinarios, disruptivos y de emergencia, se revisan algunas de las conceptualizaciones que se han hecho de ellos, sus características, importancia y la manera en la que encajan en los acontecimientos recientes.
En su obra ¿Por qué fracasan los países?, los orígenes de la prosperidad y la riqueza, Daron Acemoglu y Robinson analizan (de forma histórica y comparativa) la pobreza y riqueza de las naciones. Desde su perspectiva, se considera a las coyunturas críticas como momentos de cambios relativamente sorpresivos o inesperados para las estructuras y actores involucrados; muy significativos y que producen discontinuidades importantes en los procesos políticos de una sociedad.
Estas discontinuidades no necesariamente tienen que ser políticas en su origen (el detonador puede ser tecnológico, biológico, económico o de cualquier otra índole), pero que terminan por afectar el equilibrio existente en una estructura de poder político:
La peste negra es un ejemplo claro de una coyuntura crítica, un gran acontecimiento o una confluencia de factores que trastornan el equilibrio económico o político existente en una sociedad. Una coyuntura crítica es un arma de doble filo que puede provocar un giro decisivo en la trayectoria de un país. Por una parte, puede allanar el camino para romper el ciclo de instituciones extractivas y permitir que aparezcan otras más inclusivas, como en Inglaterra, o puede intensificar la aparición e instituciones extractivas, como en el caso de la segunda servidumbre en la Europa Oriental.
El hecho de comprender cómo la historia y las coyunturas críticas perfilan el camino de un país permite tener mayor claridad sobre su importancia y papel en la prosperidad o decadencia.
Recientemente, la London School of Economics and Political Science realiza un esfuerzo por identificar, recopilar y analizar datos de las respuestas de los gobiernos ante la emergencia sanitaria provocada por la pandemia, de tal forma que, exponen una serie de datos y elementos de gobernanza que sirvan como referente a los gobiernos y sus tomadores de decisiones (en contextos extraordinarios de emergencia).
La definición de emergencia varía. Las definiciones más comunes a nivel de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se refieren a “un evento repentino y normalmente imprevisto que requiere medidas inmediatas para minimizar sus consecuencias adversas”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que, conceptualmente, la emergencia guarda mayor relación con la respuesta en sí y establece una conexión estrecha entre el incidente y la acción de seguimiento.
Por lo tanto, una emergencia describe un estado que requiere una acción urgente para prevenir un deterioro de la situación. La optimización de recursos y la reorientación de la atención (a la hora de abordar la emergencia) forman parte de esta respuesta.
El establecimiento de un “estado de emergencia” exige que sea declarado o impuesto por una autoridad que, en un momento dado, puede también suspenderlo; generalmente está definido por un espacio y un tiempo determinados, obedece a valores de umbral y requiere de normas de aplicación, así como de una estrategia de salida.
En el ámbito del sector público, la pandemia ha expuesto múltiples retos en las capacidades de los gobiernos; lo anterior convoca (de manera urgente) a reflexionar acerca de:
La mejora de las capacidades institucionales no implica necesariamente ampliar el espectro estatal, su aparato administrativo u ocuparse en actividades que hacen o pueden hacer los particulares, sino que, implica calidad y efectividad en cada uno de sus niveles de gobierno (toma de decisiones, coordinación, dirección, ejecución y operación).
Es importante señalar que, el fortalecimiento de las capacidades institucionales corresponde a los elementos establecidos en el artículo 134.° constitucional, retomado en leyes secundarias de distintos ámbitos y niveles de gobierno que plantean el ejercicio de la transparencia y la rendición de cuentas, además de los resultados en el ejercicio de gobierno, un impacto social positivo o la creación de valor público.
Esto no hace a la administración pública y al Gobierno proveedores únicos o totales (acaparadores de la producción de bienes y servicios), sino que, su función de llevar el timón dirige a otros sectores.
Bajo ciertas circunstancias, hay autoridades específicas que están facultadas para solicitar información confidencial amparada por el secreto bancario.
Eréndira Berenice López Gutiérrez
La formación del criterio profesional es de suma importancia en el ejercicio de la profesión contable, ya que, los servicios que se prestan son de repercusión social significativa.
Marysol Rocha Vázquez
Lograr la excelencia en la gestión de la experiencia del colaborador implica un reto para RR. HH. e involucra al círculo de liderazgo en su totalidad.
Jorge Mauricio Reynoso Nassar
Como consecuencia de distintos factores económicos a nivel global, las expectativas a futuro advierten una caída en los precios de las acciones de empresas tecnológicas.
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