o se puede afirmar que ya salimos de la pandemia, sin embargo, prácticamente tenemos un año de haber retornado a nuestras actividades luego de dos años de encierro. Sabemos que no todas las empresas suspendieron sus actividades; algunas (por su giro) continuaron operando con muchas restricciones; otras se mudaron al trabajo remoto; y hubo quien sí tuvo que detener operaciones.
Estamos por terminar este año y, además de construir los presupuestos del próximo año, diseñar nuevos planes, estructurar las nuevas estrategias y todo lo que nos da oportunidad de crear un nuevo futuro, es importante hacer una reflexión profunda y a conciencia de lo siguiente:
¿Se tomaron las oportunidades que la crisis nos dejó ver?, ¿nos innovamos o hemos vuelto a caer en lo mismo que hacíamos antes de que la pandemia se presentara?
No hay una respuesta correcta, porque al final, podría ser que regresar a hacer lo mismo sea lo mejor; pero el tema central es (cualquiera que sea la respuesta) hacer las cosas de manera consciente, controlada y medida.
A continuación, se sugieren siete puntos para ser evaluados y, a partir de los resultados, lograr una mayor claridad del rumbo que la organización ha tomado y valorar si éste coincide con los planes, objetivos y presupuestos del próximo año. Dentro de cada uno de estos aspectos se plantean afirmaciones que permiten guiar la evaluación.
ejorar los resultados: la forma en la que actualmente se opera ha permitido lograr resultados de mayor alcance y los tiempos de entrega, así como la calidad de los productos o servicios son mejores. El sistema es capaz de detectar las fallas y da oportunidad de que se corrijan. |
mpoderar al equipo: las personas que trabajan en la organización han sido capacitadas, mejoraron su desempeño, están integradas y son conocedoras de sus indicadores (y buscan elevarlos); comparten responsabilidad y contribuyen con la mejora continua. |
erarquizar prioridades: el sistema da la oportunidad de atender lo importante y canalizar lo urgente, no se alteran los procesos, se alcanzan los objetivos y se tiene conciencia de su impacto en los resultados globales de la organización. |
ptimizar recursos: se han reducido los desperdicios, los tiempos muertos, las distracciones y se hace mejor uso de los equipos y activos; se logra el mejor desempeño de las personas y se mejoran los procesos. Se reducen los gastos y se invierte mejor. |
entabilizar la inversión: los socios, accionistas, propietarios o beneficiarios (de cada organización) obtienen los resultados financieros óptimos (es posible mejorarlos y se ha logrado una recuperación). El impacto financiero último es el ideal. |
daptarse a los cambios: la organización ha aprendido a responder a las nuevas reglas y necesidades de los clientes o beneficiarios. Lograr esta adaptación con la velocidad requerida aprende y reconfigura de manera oportuna; por ende, se toman las mejores posiciones en el mercado en el que se opera. |
etroalimentar los resultados: la organización mide sus resultados y los compara con los objetivos y metas planteadas; los resultados de las mediciones son conocidos por todos y se hacen ajustes para corregir desviaciones. Existen procesos que invitan a la mejora continua. |
Cada uno de los factores tienen distintas formas de ser evaluados dentro de las organizaciones; lo más valioso de este ejercicio es que los resultados sean compartidos con el equipo y se logre consensuar si es una organización congruente con su visión, misión y planeación estratégica.
Vale la pena hacer un alto, reflexionar con las herramientas propuestas (o con las que se consideren convenientes), y lo más importante, actuar de manera consciente y congruente para que el futuro que se ha dibujado realmente sea alcanzado… ¡Felices fiestas!
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