La Inteligencia Artificial (IA) permite la evolución de los procesos de enseñanza y aprendizaje, pues permite personalizarlos de acuerdo con los objetivos que se buscan cubrir; asimismo, permite reducir el tiempo en la entrega de ideas cada vez más precisas a partir de resumir grandes cantidades de información en mapas mentales, infografías, etc., permitiendo su gamificación e, incluso, preparando estos datos para una presentación.
Actualmente, la docencia no sólo exige vocación; demanda creatividad, dinamismo y una constante actualización en herramientas tecnológicas que permitan convertir el aula en un lugar donde se compartan aprendizajes significativos, mismos que mantengan la atención del estudiante cada vez más conectado a los dispositivos telefónicos, donde la inmediatez de la información forma parte de su realidad.
Lejos de desacreditar a las herramientas tecnológicas, es importante conocerlas, aprovecharlas y saber hasta dónde se puede permitir que los alumnos las utilicen para la entrega de trabajos académicos; con esto, se puede evitar la formación de estudiantes expertos en recibir respuestas inmediatas de sus consultas, carentes del esfuerzo de una investigación profunda o el análisis pertinente y sin dar crédito a los verdaderos autores.
Es indispensable que, dentro de las asignaturas, se promueva la investigación y la lectura de comprensión, lo cual es de suma importancia en cualquier carrera profesional; asimismo, se debe orientar a los alumnos para que realicen búsquedas efectivas en Internet a partir de bases de datos especializadas (libros, artículos científicos y revistas). También, es necesario que se sepan identificar ideas principales de los trabajos y la manera correcta de citar las referencias bibliográficas mediante el formato APA.
Las malas prácticas como el copiado y pegado de información encontrada en la red (sin una lectura previa) dejan rezagos en hábitos de ortografía y redacción, reducen la capacidad de análisis, impiden la contribución de ideas propias y limitan el correcto entendimiento de los temas.
Es fundamental que, durante la revisión de trabajos académicos, se utilicen rúbricas que soliciten no sólo una adecuada presentación, ortografía y redacción, sino que también requieran una aplicación práctica de los conceptos, considerar el porcentaje de originalidad del trabajo y, dentro de las conclusiones, se debe pedir una reflexión personal; todo esto con la finalidad de promover el pensamiento crítico y la expresión de ideas propias.
Mientras no se promueva la comprensión y el razonamiento de la información que se está aprendiendo en las aulas, seguirá la formación de estudiantes enfocados en medir su capacidad a partir de la memorización de conceptos con la única finalidad de aprobar exámenes, ocasionando que sean incapaces de desenvolverse con seguridad en una exposición académica, una entrevista de trabajo o en ambientes laborales cada vez más competitivos.
La constante actualización y aprendizaje del docente deben ser parte de su realidad para que su experiencia continúe siendo importante dentro y fuera del aula, esto a fin de ser agentes de cambio en la formación de personas reflexivas que busquen el aprendizaje continuo y significativo; por ende, es fundamental que las instituciones educativas fortalezcan sus valores, difundan sus códigos de ética y sancionen las prácticas deshonestas.
La tecnología debe ser un aliado para lograr objetivos efectivos de aprendizaje que promuevan el pensamiento crítico, la lectura de comprensión, la aplicación práctica de los conceptos y donde se considere la importancia del uso ético de la información.
La ejecución de la integridad académica hará de las universidades un semillero de profesionistas comprometidos no sólo con obtener buenas calificaciones, sino también con su formación a partir de aprendizajes significativos que se verán reflejados cuando ejerzan sus carreras profesionales.
El reto actual que enfrenta la educación superior es concientizar a la comunidad universitaria sobre los comportamientos deshonestos que van en contra de la integridad académica. Se debe integrar la IA como parte de la enseñanza para aprovechar sus beneficios y capacitar a los docentes en su uso con el objetivo de crear clases dinámicas, donde el protagonista sea el aprendizaje efectivo de los alumnos.
Asimismo, como parte de la evaluación de los trabajos académicos, se debe considerar el uso ético de la información, dando crédito a los autores y midiendo el porcentaje de originalidad de las investigaciones realizadas con el fin de fomentar las ideas propias y el pensamiento crítico.
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