Realidades y contrastes

Conflictos de interés en la labor del contador público

El contador público que se encuentra en situaciones de conflictos de interés es el único responsable de aceptar, asumir y, en su caso, evitar una actuación.

Conflictos de interés en la labor del contador público


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M.C.I. y C.P.C. Juan Carlos Bojorges Pérez Socio director en Bojorges Soriano y Asociados, S.C.
Realidades y contrastes 30 de octubre de 2024

Es por todos conocido que, como parte importante de las disposiciones del Código de Ética Profesional (CEP), se encuentra la obligación de cumplir con los principios fundamentales y, dentro de ellos, el relativo a la objetividad nos establece la cuestión de los conflictos de interés, razón suficiente para abordar diversos puntos que giran alrededor de este tema.

Se pueden encontrar diversas definiciones, pero tomaremos los propios elementos que nos da dicho código; un conflicto de interés se presenta cuando se desarrolla una actividad profesional relacionada con un asunto en particular para dos o más partes, cuyos intereses con respecto a este tema están en conflicto, o bien, que exista una disyuntiva entre la inclinación propia con respecto a un asunto en particular y el de una parte (para la que se desarrollan o prestan los servicios relacionados con ese asunto).

Razonamiento fundamental contaduría
El razonamiento fundamental es que los profesionales de la contaduría deben desligarse de cualquier actividad en la que se están presentando un conflicto de interés. Es necesario establecer las condiciones, acciones y consecuencias de desligarse; sin embargo, una vez detectado esto, se trata del camino adecuado.

Quizá la parte que pudiera entenderse es detectar, de manera oportuna, la existencia de conflictos de interés, o bien, tener la suficiente capacidad personal y profesional de verlo, detectarlo y aceptarlo. La descripción realizada y lo que se debe hacer puede parecer simple, no obstante, en el desarrollo de actividades, se entremezclan factores de índole personal que obstaculizan las decisiones y frenan para llegar al “deber ser”.

Hacer lo que corresponde puede generar, en algunos casos, dejar de percibir los ingresos que representaba ese trabajo o actividad; en otros, puede resultar en enemistarse con las personas involucradas; incluso, esto puede llegar hasta pérdidas financieras y otras consecuencias que, en primer momento, se podrían valorar como perjudiciales; sin embargo, no se comparan con lo que hubiera resultado de haber continuado con la actividad a pesar de los conflictos de interés.

Se considera importante traer este tema a discusión, pues además de tomar en cuenta todas regulaciones que establece el CEP, como en todos los casos de actuación o comportamiento, hay un favor adicional de gran impacto: la decisión personal.

La persona que se encuentra en las situaciones descritas es la única responsable de aceptar, asumir y, en su caso, evitar una actuación. Asimismo, cabe aclarar que esta situación no es exclusiva de la profesión contable, sino que se presenta en todos los seres humanos en muchas y diversas situaciones. En ocasiones, se minimiza, se oculta o, peor aún, se considera una práctica aceptada y hasta normalizada.

Los profesionales de la contaduría deben desligarse de cualquier actividad en la que se está presentado un conflicto de interés.

Tal vez, muchos hemos escuchado de situaciones, vivencias o prácticas en las que, claramente, se está viviendo o actuando con conflictos de interés; bueno, aquí la pregunta sería: ¿quién ha logrado evitar todas las situaciones de esta índole que se le hayan presentado?, o bien, cuando hemos sido testigos de una actuación involucrada en un conflicto de interés, ¿lo hemos señalado?

En la vida pública de México hay muchas prácticas relacionadas con los conflictos de interés, pero también en nuestros entornos profesionales, familiares y personales. La reflexión ahora es: ¿qué hacemos cada uno de nosotros para evitarlas? Los conflictos de interés dañan la confianza, la imagen, pero más allá de eso, el efecto puede ser multiplicador y causar efectos sociales, financieros, políticos y de diversa índole que perjudican y merman el desarrollo de nuestro país.

Conclusiones

Como se mencionó anteriormente, la objetividad, como cualquier otra conducta ética, es un tema personal y una decisión que únicamente el involucrado puede tomar; asimismo, se vuelve algo íntimo, a tal grado que, hay veces, que sólo cada uno sabe qué fue lo que pasó. Hagamos conciencia, busquemos vivir en una sociedad de mayor equidad y con una práctica de valores que generen crecimiento personal. Citando a John Lennon: “Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único”.icono final



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