Normas Globales de Auditoría Interna (NGAI): ética y profesionalidad

En las NGAI se fijan las pautas del proceder ético de los profesionales que desarrollen y proporcionen servicios de auditoría interna.

Normas Globales de Auditoría Interna (NGAI): ética y profesionalidad


N63881
Dr. Andrés Grisanti Belandria Profesor titular en Universidad de Carabobo, Venezuela
Auditoría 06 de enero de 2025

El Dominio II, de los cinco contemplados en las Normas Globales de Auditoría Interna (NGAI), publicadas en enero de 2024 por The Institute of Internal Auditors (IIA), corresponde al vital y trascendental tópico de la ética y la profesionalidad. En este ámbito de las normas, se fijan las pautas y se señalan las expectativas del proceder, en este respecto, que deben tener los profesionales que desarrollen y se encarguen de proporcionar servicios de auditoría interna; esto incluye al personal de staff, directores de la disciplina y cualquier otro individuo o ente que participe en procesos de esta naturaleza.

Ética y profesionalidad en la nueva normativa

Como primer punto a destacar, hay que señalar que los principios y las normas que se establecen en el Dominio II sustituyen al código de ética contemplado en el Marco Internacional de Prácticas Profesionales precedente del IIA; asimismo, incluye algunas de las consideraciones dispuestas en las Normas sobre Atributos contenidas en las Normas Internacionales para el Ejercicio Profesional de la Auditoría Interna de 2017, específicamente, en lo concerniente a la objetividad, la competencia, el debido cuidado profesional, así como el desarrollo profesional continuo.

Un aspecto trascendente para las unidades de auditoría interna es ganarse el respeto profesional en las organizaciones donde despliegan su labor.

En las nuevas NGAI (Estructura de las Normas Globales de Auditoría Interna), las consideraciones éticas están integradas de pleno en esta normativa y ya no existe un código de ética aparte (como lo era antes en el Marco Internacional de Prácticas Profesionales). La intención de esto fue agrupar los aspectos conductuales y de formación profesional de los auditores internos en un único lugar, esto para que fuesen más visibles, eficaces y menos confusos.

Corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec

Fuente: IIA.

La auditoría interna, por su naturaleza y el ámbito de las actividades que abarca, es una disciplina multi e interdisciplinaria que puede ser ejercida por distintos profesionales, tales como administradores, contadores públicos, ingenieros, abogados, etc., y cada uno de ellos, debe cumplir con los preceptos deontológicos de las carreras universitarias de las cuales se hayan graduado. Sumado a lo anterior, los auditores internos, en tanto y en cuanto ejerzan labores y se comporten como tal, deberán conocer y cumplir con:

  • Principios y normas éticas y de profesionalidad del IIA
  • Código de ética propio de la entidad en la cual laboran (en caso de contar con uno)

Comportamiento y formación profesional

En el Dominio II se desarrollan cinco de los 15 principios establecidos en las NGAI, estos están relacionados con la actitud respecto a la ética por parte de los auditores internos, así como lo relativo a la formación de competencias profesionales y mantener un adecuado comportamiento al realizar sus labores.

Corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec

Fuente: IIA.

Los dos primeros principios, integridad y objetividad, corresponden a consideraciones éticas que deben tener presente los auditores internos. Una persona íntegra debe comportarse de manera honrada, con probidad, honestidad y rectitud; además, su proceder individual (al ejecutar su trabajo) debe ser objetivo, es decir, imparcial y sin sesgos.

Por su parte, los principios 3 y 4 conciernen a la esfera de la profesionalidad, ya que, es una obligación y una necesidad para el auditor interno capacitarse y actualizarse adecuadamente y de manera continua; igualmente, debe ejercer con celo y diligencia su ejercicio profesional. Por último, el principio 5, mantener la confidencialidad, entraña tanto aspectos de comportamiento ético como de profesionalidad.

Precisando respecto a la ética, parte de la filosofía que trata del bien y del fundamento de sus valores, habría que anotar que la misma tiene que ver con la conducta humana, con lo correcto y lo incorrecto; asimismo, influye en el comportamiento de las personas de una manera voluntaria y consciente en el adecuado proceder de los ejercicios profesionales (como es el caso que nos atañe).

En cuanto a las competencias profesionales, éstas deben reflejar el conocimiento y las habilidades necesarias para llevar a cabo las tareas que definen los trabajos individuales; con base en esto, es imprescindible que las unidades de auditoría interna especifiquen las aptitudes y capacitación requeridas para su personal con el fin de traducir esto en requisitos de conocimiento y destrezas.

Normas del Dominio II

Los cinco principios definidos en el Dominio II, relativos a la ética y profesionalidad, son enmarcados y desarrollados a través de un total de 13 normas:

Normas del Dominio II
Principio 1, Demostrar integridad

1.1. Honestidad y valentía profesional

1.2. Expectativas éticas de la organización

1.3. Comportamiento legal y ético

Principio 2, Mantener la objetividad

2.1. Objetividad individual

2.2. Salvaguardar la objetividad

2.3. Declarar impedimentos a la objetividad

Principio 3, Demostrar competencia

3.1. Competencia

3.2. Desarrollo profesional continuo

Principio 4, Ejercer debido cuidado profesional

4.1. Conformidad con las NGAI

4.2. Debido cuidado profesional

4.3. Escepticismo profesional

Principio 5, Mantener confidencialidad

5.1. Uso de la información

5.2. Protección de la información

El principio 1, relativo a la integridad, incluye tres normas en las que se enfatiza la necesidad de que el auditor interno se comporte honestamente y con valentía profesional para sustentar su correcto proceder, el cual debe ser cónsono con el ambiente de la entidad en donde presta sus servicios; todo ello, por supuesto, cumpliendo con el marco legal y ético de la organización de la cual forma parte.

Las expectativas sobre la objetividad profesional se reflejan en las tres normas contempladas para tales efectos en el principio 2. Hay que señalar que la objetividad es un concepto de carácter individual y personal que el auditor debe cumplir mediante una actuación imparcial, esto sin influencias ni conflicto de intereses que puedan afectar los resultados de su trabajo.

El principio 3, mediante las dos normas que estatuye, se centra en que el auditor debe demostrar sus competencias desarrollando las aptitudes y destrezas necesarias, acorde a las responsabilidades de su cargo, así como que este proceso de desarrollo profesional debe hacerse de manera continua, educándose y capacitándose en diversos tópicos del ámbito empresarial por el amplio espectro de actividades que cubre la auditoría interna.

En el principio 4, sobre ejercer el debido cuidado profesional, se establecen tres normas; la primera de ellas es la necesaria conformidad de los auditores internos con las NGAI al prestar sus servicios. Asimismo, se enfatiza que el profesional del área debe desplegar su labor con el debido cuidado y diligencia requerida, así como afrontar sus compromisos con una actitud de escepticismo profesional.

Ahora bien, en las dos normas de las que dispone el principio 5, concerniente a mantener la confidencialidad de la información, se señalan las pautas que los auditores internos deben seguir para el uso y protección de la evidencia comprobatoria a la cual tienen acceso como producto de los trabajos que ejecutan.

Los principios y las normas que se establecen en el Dominio II de las NGAI sustituyen al código de ética contemplado en el Marco Internacional de Prácticas Profesionales del IIA.

Conclusiones

¿Por qué son importantes los principios éticos y de profesionalidad en el ejercicio de la auditoría interna? Un aspecto de trascendental importancia para las unidades de auditoría interna es ganarse el respeto profesional en las organizaciones donde despliegan su labor, de forma genuina y sobre bases sólidas de credibilidad. Esto sólo se logra irradiando confianza mediante un adecuado proceder ético, así como aportando valor agregado a la entidad a través del desarrollo de trabajos profesionalmente competentes.

El Dominio II, correspondiente a la ética y la profesionalidad, podría aglutinarse en dos conceptos esenciales: actitud y aptitud. La actitud tiene que ver con el talante, la postura, la disposición de los auditores internos respecto a la aplicación de los principios y el correcto proceder ético al momento de enfrentar sus obligaciones laborales. Con respecto a la aptitud, ésta se refiere a la capacidad del profesional para desempeñarse, de manera competente, en las actividades que se le asignan y realiza, siendo un deber el formarse y adiestrarse, de manera conveniente, para desempeñarse satisfactoriamente.

Debido a lo anterior, se recomienda la capacitación y certificación de un equipo de auditoría interna (al menos, una vez al año) en el Dominio II de las NGAI.icono final


Referencias

  • Lafita, Jesús (2024), Nuevas Normas Globales de Auditoría Interna, Instituto de Auditores Internos de España.
  • Piper, Arthur (2024), Cinco ámbitos: Profundización, revista Internal Auditor.
  • The Institute of Internal Auditors, 2017, Normas Internacionales para el Ejercicio Profesional de la Auditoría Interna, 2024, de IIA: https://www.theiia.org/globalassets/site/standards/mandatory-guidance/ippf/2017/ippf-standards-2017-spanish.pdf
  • The Institute of Internal Auditors, 2024, Normas Globales de Auditoría Interna, 2024, de IIA: https://www.theiia.org/globalassets/site/standards/editable-versions/global-internal-audit-standards-spanish.pdf


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