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IA en 2025: la última pregunta

Basándonos en un cuento de ciencia ficción de Isaac Asimov, la IA en 2025 tendría un impacto sin precedentes en la economía global y la sociedad.

IA en 2025: ¿futuro utópico o distópico?


N62346
Mtro. Christian Vázquez Sánchez Académico y consultor independiente
Metadata 26 de febrero de 2025

El cuento clásico de ciencia ficción de Isaac Asimov, The Last Question (1956), centra su trama en Multivac, una supercomputadora que aprende por sí sola. Multivac ha obtenido y procesado datos durante décadas, los ha evaluado y utilizado para responder cualquier cantidad de preguntas relevantes para decenas de científicos. Pero una noche, en el lejano año 2061, la hasta entonces “omnipotente máquina” llegó al límite de sus capacidades. A pregunta expresa de Bertram Lupov sobre cómo revertir la entropía del universo, Multivac arrojó su meditada respuesta: “Datos insuficientes para una respuesta significativa”.

En el umbral de 2025, la Inteligencia Artificial (IA) está redefiniendo sectores completos, desde la manufactura hasta el entretenimiento. Las expectativas sobre esta tecnología no sólo abarcan avances tecnológicos, sino también un impacto sin precedentes en la economía global y la sociedad.

En las siguientes líneas exploraremos las expectativas, los usos y actores clave de la IA en el año que recién comienza; asimismo, reflexionaremos sobre si el límite de sus capacidades está cerca.

Expectativas y usos principales de la IA en 2025

Los usos de la IA abarcarán todo tipo de aplicaciones a lo largo de distintos sectores económicos. A continuación, se presentan los más destacados:

Usos de la inteligencia artificial
  • Automatización avanzada: la IA continuará transformando industrias mediante la automatización de tareas repetitivas y procesos complejos. Sectores como la manufactura y la logística están implementando esta herramienta para optimizar cadenas de suministro, mejorar la producción y reducir costos. El impacto no será menor; según cifras de PwC, la automatización basada en IA podría incrementar la productividad global en un 14% hacia finales de la década.
  • Salud y medicina personalizada: en el sector salud, la IA está revolucionando el diagnóstico temprano, el desarrollo de medicamentos y la medicina personalizada. Modelos de aprendizaje profundo analizan datos médicos para identificar patrones y recomendar tratamientos adaptados a cada paciente.
  • Finanzas y comercio electrónico: la IA está optimizando las estrategias de inversión, mejorando la experiencia del cliente y personalizando recomendaciones en plataformas de comercio electrónico. Comienza a resultar común el uso de algoritmos predictivos que analizan tendencias de mercado para tomar decisiones financieras en tiempo real. Según diversas fuentes, se espera que el uso de IA en las finanzas genere ahorros anuales de 1 billón de dólares para 2025.
  • Creatividad y entretenimiento: en el ámbito creativo, la IA está colaborando con artistas, cineastas y desarrolladores de videojuegos. Modelos como DALL-E y GPT ya generan arte y narrativas que enriquecen la experiencia cultural.
La IA en 2025 será un reflejo de las elecciones colectivas; la ética, innovación y regulación determinarán si nos acercamos a un futuro utópico o distópico.

Impacto económico: un motor de crecimiento global

Según estimaciones de McKinsey, la IA podría agregar entre 13 y 15 billones de dólares al Producto Interno Bruto (PIB) global para 2030 (en 2025, se espera que las industrias de tecnología, salud y manufactura lideren este crecimiento). Aunque la automatización desplazará algunos puestos de trabajo, también creará nuevas oportunidades en áreas como el diseño de algoritmos, ética tecnológica y gestión de datos.

Actores clave en el ecosistema de la IA

Es posible identificar tres grandes actores que, por su inversión e influencia, seguirán marcando el derrotero de la IA en el futuro.

  • Big tech: en el ámbito de las grandes empresas de tecnología (Big tech), nombres como Google (con DeepMind), Microsoft (con Azure AI) y OpenAI continuarán a la cabeza del desarrollo de modelos avanzados. Estas compañías no sólo dominarán la investigación, sino también la implementación de soluciones a gran escala.
  • Startups: en lo que respecta a la academia y las startups, empresas emergentes como Anthropic y universidades de prestigio como el MIT continuarán empujando los límites de lo que es posible con la IA.
  • Gobierno: además del sector privado, los gobiernos de los países constituyen el tercer actor clave en el ecosistema de la IA. En cuanto a regulación, la Unión Europea y EUA continuarán liderando el desarrollo de leyes que garanticen el uso ético y seguro de esta herramienta, equilibrando innovación con protección.

Desafíos y precauciones frente a la IA

El reto principal radica en convertir las reflexiones y aprendizajes de 2024 en acciones concretas que guíen el desarrollo y la implementación de la IA hacia un modelo más ético e inclusivo. Los desafíos incluyen la privacidad de los datos, la discriminación algorítmica y la desinformación, aunque los mayores retos se centran en implementar marcos regulatorios, reducir la desigualdad digital y económica, así como fomentar el debate público sobre los ámbitos de acción de la IA en la sociedad.

A esta agenda se suma la discusión filosófica sobre hasta dónde debe llegar el uso de la IA y en qué punto se encuentran los límites de sus capacidades, lo cual merece especial atención, pues no todo es tan sencillo como parece.

Los límites de la IA son humanos y sus capacidades llegan hasta donde alcanza su corpus de conocimiento que, en su mayoría, proviene del saber humano.

El fetiche de la IA

¿Ofrece la IA la redención en la tierra de todos los males que padece la humanidad?, se pregunta Enrique G. Gallegos, filósofo y ensayista mexicano. Entre los círculos filosóficos, la discusión comienza a surgir; los apologistas de la IA, que prometen modernización, vanguardia, progreso, mejoría, libertad, desarrollo y una gloriosa humanidad liberada de todos los males, no son otros más que los grandes monopolios dueños de los negocios tecnológicos. El discurso es fetichizador, afirma Gallegos, “pues a la par del mundo utópico que ofrece la IA para algunos sectores, ofrece uno distópico para la mayoría de la clase trabajadora”.

El fetichismo de la IA consiste en conferirle atributos mágicos, sobrenaturales y casi divinos. Es este encantamiento o devoción lo que ciega el juicio del observador; mientras se destacan sus indudables beneficios en distintos ámbitos, revestidos con una gruesa capa de eficiencia, crecimiento económico e, incluso, humanismo; se ocultan aspectos como las lucrativas ganancias de las empresas tecnológicas, la desinformación, su aplicación en la guerra, su contribución al cambio climático, la adicción a la tecnología y la cosificación de las personas.

Una cuestión aparte es la capacidad de la IA: ¿de qué es capaz y hasta dónde llegan los límites de sus capacidades? La respuesta más acertada es que no tenemos datos para dar una respuesta significativa; sin embargo, recurrir a sus raíces etimológicas puede darnos luz.

fetiche ia

Fetiche proviene también del latín facticius, que significa artificial o hecho por el hombre. Apoyándonos en esta etimología, podemos afirmar que sus límites son humanos y que sus capacidades llegan hasta donde alcanza su corpus de conocimiento que, hoy en día, en su mayoría, proviene del saber humano vertido en Internet. En otras palabras, las respuestas que ofrece la IA son posibles porque alguna persona ya las proporcionó con anterioridad.

Conclusiones

La IA en 2025 será un reflejo de nuestras elecciones colectivas; la ética, innovación y regulación determinarán si nos acercamos a un futuro utópico o distópico. Resultará clave tomar conciencia de los límites de su uso y no cegarnos, como humanidad, ante el fetiche que representa.

En la última escena de The Last Question, ya en un futuro distópico, el último sobreviviente de la raza humana le pregunta a AC (descendiente definitivo de Multivac) cómo revertir la entropía del universo que, para entonces, ya ha quedado sin energía y en la oscuridad total. AC, tras un largo proceso de cálculo, llega a la respuesta, pero no tiene a nadie a quien comunicársela, pues el universo ha muerto. Por lo tanto, decide responder mediante una demostración. La historia termina con esa demostración, un pronunciamiento de la máquina: "¡Hágase la luz!", y la luz se hizo.icono final



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