La auditoría interna en las empresas ha logrado el propósito de agregar valor a las organizaciones, ya que, la misma (tal como señala Fernando Pérez) ha contribuido sustancialmente a que se asegure y vigile el cumplimiento de los controles internos sobre los procesos del negocio, así como los auditores internos en su interés por proporcionar valor agregado a sus labores, han desarrollado una visión integral del flujo completo de la cadena de valor organizacional.
A este respecto, el concepto de auditoría interna emitido por The Institute of Internal Auditors (IIA) desde hace más de dos décadas ha sido un faro orientador en esta dirección:
Actualmente, en un proceso iniciado en 2021 y que concluirá en 2025, se está en un periodo de transición y cambio de las Normas Internacionales para el Ejercicio Profesional de la Auditoría Interna a las Normas Globales de Auditoría Interna; donde en estas últimas, el concepto de auditoría interna permanece en su esencia similar a lo ya definido.
De acuerdo con la normativa del IIA, un aseguramiento es una declaración cuyo objetivo es dar confianza sobre condiciones en contraste con determinados criterios, comprendiendo las tareas de evaluación objetiva de las evidencias por parte de los auditores internos, esto con la finalidad de expresar opiniones sobre las condiciones de lo examinado en comparación con los criterios establecidos, tales como trabajos financieros, de desempeño, de cumplimiento y de tecnología.
Por su lado, las actividades de asesoramiento o de consultoría son consejos y, usualmente, son realizados a pedido de clientes, tales como el consejo de administración, la alta dirección o la gerencia de una actividad. En estos casos, la naturaleza y el alcance de los servicios están determinados por quien solicita los mismos y, entre estos trabajos, podrían mencionarse aquellos que incluyen el asesoramiento para el desarrollo e implementación de nuevas políticas, el diseño de procesos y sistemas, la facilitación y la formación.
Respecto al papel de la auditoría interna como instrumento de control, gestión y consultoría, Joan Llopis indica que esta unidad no debe ejercer poder alguno, pues ello deslegitimaría su libertad de opinión, pero sí influir con sus apreciaciones sobre la gestión de los entes auditados. Llopis precisa en lo atinente a las labores de consultoría, que un ente experto (asesor) debe dar su parecer sobre alguna materia, enfatizando que el auditor podrá actuar como consultor interno, siempre que asuma el compromiso de no ejercer, con el mismo equipo, como auditor interno en la materia asesorada.
Según lo prescrito por el IIA, la actividad de auditoría interna debe ser independiente y los auditores internos objetivos en el cumplimiento de su trabajo. La independencia debe entenderse como la ausencia de limitaciones que impiden la capacidad de la función de auditoría interna, esto para llevar a cabo sus responsabilidades de forma imparcial; siendo la objetividad, por su parte, la actitud mental ecuánime que faculta a los auditores internos para que realicen juicios profesionales, cumplan sus compromisos y alcancen sus propósitos sin comprometer dichos juicios.
En este orden de ideas, aspectos tales como el conflicto de interés, escepticismo profesional, integridad, así como el reconocimiento de partes interesadas, deben ser muy bien evaluados con la finalidad de que no se produzcan impedimentos o menoscabos a la independencia de la unidad de auditoría interna dentro de la organización, así como que no se presenten reservas sobre la objetividad individual de los auditores internos.
Dentro de los nortes esenciales que deben procurar alcanzar como propósito las unidades de auditoría interna están la protección, la sostenibilidad y la creación de valor añadido para las organizaciones. Tradicionalmente, en la unidad de auditoría interna se ha hecho hincapié en proteger a la empresa contra daños, identificándose los elementos que podrían ocurrir (riesgos) y que perjudicasen la capacidad de la organización de lograr sus objetivos.
En consonancia con lo que contempla la definición de auditoría interna del IIA, Norman Marks considera que la actividad de auditoría interna tiene la capacidad de ayudar a la entidad no sólo a proteger su valor, sino a aumentar el mismo. Para Marks los auditores internos no deben limitar su labor, sus productos y servicios, evaluando sólo los controles que protegen el valor, sino que deben proporcionar el asesoramiento que se necesita (y cuando se necesita) sobre lo que importa para el éxito de la organización, eso incluye tanto la protección de valor como su generación.
Hay quiénes se han planteado si ha llegado el momento de revisar cómo se define la profesión y, quizá en parte, pudieran tener argumentos de validez. Sobre este particular, Stephen Zwelling sostiene que para la auditoría interna no debería ser necesario especificar la independencia y objetividad para todos los tipos de trabajo, ya que, la independencia y la objetividad son indispensables para los servicios de auditoría, pero no en los de consultoría.
Zwelling propone que el concepto de auditoría interna se redefina e indique que es un servicio que lleva a cabo trabajos de auditoría y de consultoría, los identifica y separa con el fin de agregar valor y mejorar las operaciones. Para él los servicios de consultoría no presentan problemas de independencia y objetividad, pero en cambio, la competencia es la clave.
Si una unidad de auditoría interna desea demostrar que es independiente dentro de una organización, esto se debe enfatizar desde el inicio de sus funciones y quedar muy bien definido en su estatuto, aunque por supuesto, ello no asegure que tal independencia luego se dé en la práctica. Por su parte, la objetividad perfecta de los auditores internos no es posible, sin embargo, se debe propender a ello, pues de no ser así, se podría perder la credibilidad profesional y esto después podría ser difícil de recuperar.
El IIA define al estatuto como un documento formal aprobado por el organismo rector de gobierno o comité de auditoría (órgano de gobierno) y acordado con la administración. Debe incluir como mínimo:
Las unidades de auditoría interna serán exitosas o fracasarán por las personas que tengan en su equipo, para lo cual, las aptitudes y destrezas profesionales serán tan importantes como las actitudes de los auditores internos respecto a sus comportamientos íntegros y objetivos. Asimismo, serán sus aciertos y capacidades los que avalarán y justificarán su labor.
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