Más allá de la ciencia ficción, 2024 es un año importante para la democracia en el mundo: más de 2,000 millones de personas han votado o votarán en elecciones en México, EUA, India, el Reino Unido y otros países. De la mano de estos eventos, el gobierno por algoritmos y sus implicaciones en la vida política, así como en la democracia de los Estados, se ha convertido en un tema recurrente de discusión. En las siguientes líneas exploraremos cómo el gobierno por algoritmos y la IA en general impactarán la manera en que se comportan los candidatos, electores y gobernantes.
El gobierno por algoritmos, también conocido como gobierno algocrático (o simplemente algocracia), es una forma alternativa de ordenamiento social en la que se aplica el uso de algoritmos informáticos a las regulaciones, la aplicación de la ley y, en general, a cualquier aspecto de la vida cotidiana.
El origen del concepto es más antiguo de lo que podría parecer. En 1962, Alexander Kharkevich, destacado miembro de la Academia Rusa de Ciencias en Moscú, publicó un artículo en la revista Communist sobre una red de computadoras para procesar información y controlar la economía. Más tarde, entre 1971 y 1973, el gobierno chileno llevó a cabo el Proyecto Cybersyn durante la presidencia de Salvador Allende; dicho proyecto tenía como objetivo construir un sistema distribuido de soporte de decisiones para mejorar la gestión de la economía nacional.
Asimismo, en las décadas de 1960 y 1970, Herbert A. Simon defendió los sistemas expertos como herramientas para la racionalización y evaluación del comportamiento administrativo. La automatización de los procesos basados en reglas fue una ambición de las agencias tributarias durante muchas décadas, lo que dio lugar a grandes proyectos como Taxman en EUA y Legol en el Reino Unido.
Formalmente, el concepto surgió en 2006 cuando A. Aneesh, en su libro Virtual Migration, desarrolló el término algocracia, refiriéndose a la manera en que las Tecnologías de la Información (TI) restringen la participación humana en la toma de decisiones públicas. Aneesh desarrolló una clara distinción entre los sistemas algocráticos, burocráticos (regulación legal-racional) y los basados en el mercado (regulación basada en precios).
Aunque el concepto no es del todo nuevo, la tecnología actual y las capacidades de la IA plantean un campo fértil para la aplicación de la algocracia en la vida pública de los Estados. Por lo pronto, ya hay ejemplos de cómo la IA ha permeado los procesos políticos y democráticos.
Primero, es importante entender la democracia en un sentido amplio, no sólo en términos de representación o elecciones. Se debe considerar como un sistema para distribuir las decisiones de manera equitativa entre la población, así como una forma de convertir las preferencias individuales en decisiones grupales.
En este orden de ideas, el escritor Yuval Noah Harari sostiene que la IA es fundamental para influir en nuestras decisiones debido a los algoritmos omnipresentes que nos ofrecen contenido en las redes sociales. Estos algoritmos, diseñados para mantenernos conectados con las plataformas, pueden alimentar procesos como el sesgo de confirmación, lo que tiene un impacto sutil en nuestros pensamientos y acciones, y podría influir, de forma significativa, en nuestra toma de decisiones en las urnas.
En su libro Homo Deus, Harari sugiere que, tal vez, la IA debería votar en lugar de los electores, esto debido a su capacidad para comprender profundamente sus creencias y preferencias; posteriormente, emparejarlas con los partidos y candidatos que tienen más probabilidades de cumplir sus expectativas.
Al reflexionar sobre las ideas de Harari, inevitablemente, surgen preguntas como: ¿consideraríamos dejar que la IA elija por quién deberíamos votar al decidir qué candidatos representan mejor nuestras opiniones? O bien, para adoptar una visión más siniestra: ¿podría esto estar sucediendo ya sin que lo sepamos?
En el pasado, los candidatos escribieron libros y dieron discursos para conectarse con los votantes. En el futuro, también utilizarán chatbots personalizados para interactuar directamente con los respondientes sobre una variedad de temas (la IA puede realizar encuestas).
Todas éstas son tareas que los humanos ya realizan, por lo tanto, no hay ninguna novedad al respecto; realmente, lo novedoso es el concepto del político virtual. En las urnas de todo el mundo aparecerán políticos virtuales y partidos políticos impulsados por la IA.
Por citar un ejemplo, en Brighton, Reino Unido, los ciudadanos tendrán la oportunidad de votar por AI Steve, un avatar creado por el empresario Steve Endacott. Según palabras de Bernard Marr, los votantes podrán chatear e interactuar con Steve, preguntándole sobre sus políticas en temas que van desde la vivienda local hasta los derechos LGBTQ+. Steve formulará políticas basadas en estas interacciones mientras intenta representar las opiniones y valores de sus “potenciales” electores.
AI Steve no es el primer político virtual; en Nueva Zelanda, SAM, creado por el desarrollador de software, Nick Gerritsen, fue diseñado para responder preguntas de los electores en las redes sociales. Además, Alisa se presentó contra Vladimir Putin en las elecciones rusas de 2018 con la misión de crear "el sistema político del futuro, construido, exclusivamente, sobre decisiones racionales tomadas sobre la base de algoritmos claros". Alisa parece haber desaparecido desde entonces.
En Dinamarca, otro experimento de fusión entre la IA y democracia fue encabezado por The Synthetic Party, fundado por el filósofo Asker Bryld Staunaes. El partido generó políticas mediante el aprendizaje automático basado en textos creados por partidos marginales daneses desde 1970, esto con el objetivo de representar las opiniones de 20% de los daneses que no votan.
La IA puede ayudar a las personas a comprender cuestiones políticas mediante explicaciones. Según Bruce Schneier, periodista especializado en Internet y ciberseguridad, es posible imaginar chatbots tanto partidistas como no partidistas. Asimismo, la IA también puede proporcionar análisis y comentarios políticos, así como hacerlo a todas las escalas, incluso, en elecciones locales que no son lo suficientemente importantes como para atraer a periodistas humanos.
En beneficio de los ciudadanos, la IA puede actuar como un organismo de control del Estado. En la actualidad, gran parte de las actividades del gobierno local se realizan en secreto, esto debido a la falta de periodistas locales que cubran las reuniones públicas. La IA puede cambiar esta situación, proporcionando resúmenes y señalando cambios en la posición.
A medida que la IA se vuelve más sofisticada y omnipresente, su potencial para influir en los procesos políticos y democráticos no hará más que aumentar.
Al igual que sucede en muchas otras profesiones, los políticos y candidatos, sin duda, aprovecharán la IA para facilitar su trabajo; podrán tomar decisiones basadas en datos que se alineen con los intereses de quienes representan; analizar y redactar propuestas, manifiestos y leyes; así como crear mensajes personalizados que les permitan llegar, de manera más eficaz, a los determinados individuos. Como encuestados, también podremos aprovechar la IA para obtener información sobre el grado de cumplimiento de los partidos y políticos con los estándares que esperamos de nuestros representantes electos.
En Terminator, Skynet pone en marcha un plan maestro no sólo para gobernar a los humanos, sino para eliminarlos de una vez por todas; su estrategia consistía en decirles lo que querían creer. Sin duda, habrá que abordar importantes cuestiones éticas en torno a la algocracia y la IA; de lo contrario, tendremos que enviar a un mensajero al pasado para proteger a Sarah Connor.
Volverse irremplazable en la era de la IA no es superar a las máquinas, sino destacarse con creatividad, pensamiento crítico y conexión auténtica.
Christian Vázquez SánchezEn la Segunda Resolución de Modificaciones a la RMF para 2024 se introducen cambios fiscales respecto a servicios de intermediación en plataformas digitales.
Antonio González RodríguezLa ciberseguridad corporativa representa un desafío, su carencia puede dañar las finanzas y reputación de la empresa; las TIC y políticas contribuyen a fortalecerla.
Víctor Miguel Morales GonzálezA partir de la IA, las personas pueden gestionar y combatir la sobrecarga de información, trabajar con datos y deshacerse del dilema de la decisión.
Christian Vázquez Sánchez© 2025 Colegio de Contadores Públicos de México, A.C.
Directorio Contacto Aviso legal Acerca de VeritasInicia sesión o suscríbete para continuar leyendo.