Mejores prácticas en su aplicación al modelo de negocio

En la medida que se comprenda el modelo de negocio y sus resultados sean transparentes y confiables, se incrementa la posibilidad de fondear su crecimiento y desarrollo.

Mejores prácticas en su aplicación al modelo de negocio


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Mtro. y L.A. Sergio García Quintana Socio Director en García Quintana Consultores, S.C.
Finanzas 01 de octubre de 2023

La conceptualización del modelo de negocio es diferente para un empresario, su contador, el auditor o para un inversionista, aun cuando dicho negocio sea el mismo, ya que, no cambia física o financieramente desde el punto de vista de cada uno de ellos. Las operaciones se llevan a cabo acorde a los objetivos, estrategias y riesgos definidos, así como autorizados por su consejo de administración.

El adecuado desarrollo es función y responsabilidad del grupo directivo, el cual debe utilizar y combinar (de forma óptima) los recursos técnicos, financieros y humanos con los que cuenta la empresa para lograr las metas establecidas.

La relación funcional entre la administración y la información contable es que exista una congruencia entre la estrategia y la forma de llevarla a cabo. Los estados financieros preparados con las Normas de Información Financiera (NIF) reflejan la gestión de la administración hacia el éxito o fracaso de su desarrollo empresarial.

Es necesario evitar discrepancias en la información cualitativa y cuantitativa plasmada en los estados financieros.

Durante las últimas décadas, la globalización empresarial, la evolución de los productos financieros, la volatilidad de sus factores de riesgo, los cambios en los hábitos de consumo, así como el avance tecnológico, han llevado a una impresionante evolución en el intercambio comercial internacional y doméstico, reduciendo la permanencia de los ciclos de negocios a periodos más cortos.

La sorpresiva quiebra de grandes empresas y de intermediarios financieros de nivel internacional han impactado en la confianza de los inversionistas; esto a través de la información que les presentan (trimestral o anualmente) en sus consejos de administración y que, posteriormente, es publicada con la misma periodicidad en los medios de información disponibles en las bolsas de valores de empresas cotizadas en los mercados de capitales (renta variable) y de deuda (renta fija).

La responsabilidad es del contador y director general que firman los estados financieros auditados, así como del auditor externo que firma su dictamen sobre los mismos, tanto de las empresas listadas en las bolsas de valores como de aquellos entes que, por requisito corporativo o crediticio, deben contar con estados financieros auditados; los cuales, en opinión del auditor, reflejan razonablemente la situación financiera y el desempeño de la empresa (de acuerdo con las NIF y, en su caso, con las NIIF vigentes a la fecha de cierre de los estados financieros auditados por el profesional contable).

La NIIF 9, Instrumentos financieros, incluye la realización de las pruebas del modelo de negocio y de flujos de efectivo como elementos de apoyo en el juicio de clasificación contable de activos y pasivos de la empresa en sus estados financieros. Con base en dicha clasificación, se podrán registrar a valor razonable o a costo amortizado en el balance general, estado de resultados y en las cuentas de capital contable.

Una práctica contable errónea es omitir las revelaciones de los instrumentos financieros (simples o complejos) sin mencionar sus riesgos.

En el registro de los activos y pasivos a costo amortizado en la cuenta de capital no se incluyen los efectos de las variables, o bien, factores de riesgo que afectan el precio de mercado o valor razonable de dichos activos o pasivos, sólo se amortizará el costo de adquisición o emisión durante la vigencia del instrumento financiero; esto a una tasa de interés efectiva con una recuperación o liquidación final del monto nominal de dichos instrumentos.

En el caso de registro a valor razonable de los instrumentos financieros (activos o pasivos), donde sí se incorporan las variables de mercado vigentes a la fecha de valuación, se tendrá el efecto de su variación en el incremento o disminución reflejada en el precio (plusvalías o minusvalías) de los activos y pasivos de la empresa, debiendo ser del conocimiento de los niveles directivos a través del estado de resultados.

La aplicación de la supletoriedad normativa, que era necesario realizar cuando las normas de información contables locales no mencionaban algún tema en específico, fue eliminándose cuando organismos internacionales como el Financial Accounting Standards Board (aplicable a las empresas que cotizaban en los mercados de valores estadounidenses) y el International Accounting Standards Board (IASB) emitieron las NIF para el resto del mundo. Asimismo, el Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera (CINIF) lo hizo para el mercado mexicano, homologando criterios normativos de información financiera.

La similitud de las NIF locales (específicamente las mexicanas) con las internacionales han permitido la identificación y valuación de activos, pasivos y capital de estados financieros de empresas internacionales que, bajo criterios de interpretación similares de aplicación global, dejan muy pocos aspectos normativos de interpretación subjetiva de aplicación local.

Lo anterior ha permitido el análisis financiero global, principalmente a grupos empresariales y corporativos que tienen empresas cotizadas en diferentes países y mercados financieros diversos que consolidan sus resultados a nivel internacional.

Las operaciones de negocio se llevan a cabo acorde a los objetivos, estrategias, así como riesgos definidos y autorizados por el consejo de administración.

En tanto, el IASB no define el modelo de negocio, pero sí marca aspectos fundamentales, tales como involucrar a la dirección general en el establecimiento de objetivos, generar flujos de efectivo futuros y el procedimiento para llevar a cabo la administración de sus instrumentos financieros.

El International Integrated Reporting Council define al modelo de negocio como la elaboración de un reporte en el que se describa la estrategia, el desempeño del gobierno corporativo, medio ambiente de negocios y sus perspectivas para la creación de valor a corto, mediano y largo plazo.

La Financial Stability Board hace mención de que la esencia del modelo de negocio es definir la manera en que la empresa aporta valor a sus clientes y cómo lo convierte en ganancias. Por su parte, el European Financial Reporting Advisory Group también coincide en mencionar que los reportes financieros deberán proporcionar información de la generación de sus flujos de efectivo y la creación de valor.

La clasificación y presentación de los instrumentos financieros activos y pasivos bajo un criterio del modelo de negocio permite:

  • Entender correctamente las actividades que generan dichos activos y pasivos, así como el origen y la aplicación de los flujos de efectivo futuros en la empresa (derivados de dichos instrumentos).
  • Identificar los activos (por su tipo y clasificación) que tienen efecto en el estado de resultados o en la cuenta de otros resultados integrales.

El nivel de agrupación de los activos o pasivos deberá ser hasta el nivel de detalle necesario para que se puedan identificar las características que permitieron su medición y clasificación.

La valuación, presentación, así como la revelación de los activos y pasivos, deben ser coherentes, de modo que permitan identificar su función en el modelo de negocio. En la medida en que esta información sea imprecisa o se omita algo relevante de la misma, se produciría una distorsión de la realidad del desempeño financiero y de la gestión de la dirección ante los inversionistas.

El adecuado desarrollo del modelo de negocio es función y responsabilidad del grupo directivo, el cual debe utilizar y combinar (de forma óptima) los recursos con los que cuenta.

Se deben evitar discrepancias en la información cualitativa y cuantitativa plasmada en los estados financieros; esto con el fin de evitar el incumplimiento, o bien, para una interpretación conveniente en lugar de convergente con las NIF, evitando prácticas contables erróneas, entre las que se destacan:

  • Ocultar pérdidas contables.
  • Utilizar un valor razonable sin fundamento.
  • Realizar registros indebidos de activos a su costo amortizado en la cuenta de capital contable de otros resultados integrales.
  • Llevar a cabo actividades de cobertura con instrumentos financieros derivados y no registrar el valor razonable de las partidas de riesgo cubiertas.
  • Ignorar el tratamiento fiscal de las operaciones con instrumentos financieros derivados y actividades de cobertura.
  • Omitir las revelaciones de los instrumentos financieros simples o complejos sin mencionar sus riesgos, así como la afectación en los estados financieros ante escenarios extremos o probables y sus efectos en las utilidades de la empresa (en caso de presentarse esos escenarios).

Conclusiones

El modelo de negocio deberá ser conceptualizado para que permita explicar en una forma resumida lo siguiente:

  • Los insumos que entran a la empresa.
  • Los activos que se utilizan en el proceso de elaboración de productos y servicios.
  • Los resultados financieros en sus flujos futuros (ingresos y egresos) que coincidan y expliquen qué tan eficientes son en el cumplimiento de la estrategia de negocios que siguen y la forma en que lo hacen.

En la medida que se tenga la comprensión del modelo de negocio y sus resultados sean transparentes, confiables y potencialmente positivos en el incremento de valor de la empresa, se incrementará la posibilidad de fondear su crecimiento y desarrollo; esto al ser un modelo y resultados bien entendidos por parte de los miembros del consejo de administración, clientes e inversionistas.



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