ntre la creciente demanda agregada producida por el control de la pandemia y la restringida oferta agregada que es resultado de las afectaciones financieras derivadas de los cierres totales y parciales, las cadenas de suministro se encuentran estancadas en casi todos los sectores económicos del mundo. En otras palabras, la demanda efectiva no está siendo satisfecha por la oferta efectiva, ya que son varios los mercados que no le ofrecen al consumidor el bien o servicio que éste busca; ejemplos de ello los encontramos en la industria automotriz, los semiconductores, los componentes electrónicos o los combustibles. Este escenario no se había hecho presente desde la posguerra.
Lo anterior es el origen de la inflación que estamos observando a nivel internacional y la fecha para que este fenómeno se mantenga controlado se ve muy lejana. De acuerdo con datos de la Reserva Federal de los Estados Unidos, entre marzo y mayo de 2022 varias multinacionales con gran valor de mercado y tendencias de capitalización históricas al alza como lo son Google, Facebook, Apple, Netflix, Telecom, AMD, Nvidia y Tesla han mostrado retrocesos que en promedio han contraído a los principales índices bursátiles en un 25% en lo que va del año.
Hay varias razones para entender esto. En principio, y como ya adelantábamos, la restricción en la oferta efectiva causada por las afectaciones en la cadena de suministro, ya que esto ha traído consigo que muchas empresas sufran estragos en sus tiempos y procesos de producción debido a que varios agentes económicos que formaban parte de la cadena de valor y producción de muchas industrias quebraron por la pandemia, lo cual no sólo contrajo a la oferta final sino también a la intermedia. En consecuencia, la expectativa de desempeño económico y financiero de una empresa con tales afectaciones también se contrae, lo que inevitablemente se ve reflejado en su valor de mercado.
En segundo lugar, las expectativas de crecimiento económico en muchas de las principales economías del mundo se siguen ajustando a la baja por los bancos especializados, las calificadoras y los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial. Estos ajustes siempre se estiman con base en el desempeño económico de las empresas y viceversa, de modo tal que una contracción en la actividad económica sigue generando expectativas negativas sobre el desempeño del sector privado. Es decir, mientras las expectativas de contracción en el lado de la oferta del mercado mundial se sigan cumpliendo, habrá mayores presiones inflacionarias.
En tercer lugar, los costos de producción cada vez son más altos debido al incremento en los precios de los combustibles a nivel mundial y esto usualmente se incorpora al precio final, en especial cuando los gobiernos no aplican política fiscal para evitar la escalada en ellos o para subsidiar la producción en sectores estratégicos. La misma restricción en la cadena de suministro a todos los niveles impacta directamente en los costos de producción.
A su vez, la demanda agregada sigue creciendo, lo que mantiene las expectativas de inflación alta. Los bancos centrales siguen ajustando sus tasas de interés al alza, lo que ocasiona que la inversión sea más costosa y, por consiguiente, la oferta continúe sin crecer. Desafortunadamente, este círculo vicioso no parará hasta que se generen políticas económicas encaminadas a impulsar la oferta para inundar el mercado y jalar los precios hacia abajo. Con expectativas de crecimiento mundial tendiendo hacia la baja y expectativas inflacionarias al alza, cada vez nos acercamos más a la estanflación, señal inequívoca de que la crisis no ha terminado.
Los precios aumentarán debido a los aranceles, después la inflación se normalizará, pero el beneficio económico será permanente para las empresas en EUA.
Carlos Ponce BustosDadas las expectativas de crecimiento mundial para 2025, los precios del petróleo y gas natural para los próximos dos años presentarían panoramas a la baja.
Salvador Rivas AcevesDe acuerdo con la SHCP, las expectativas económicas para México en 2025 proyectan un crecimiento moderado del PIB basado en una consistente demanda interna.
Nicolás Domínguez GarcíaLas exportaciones del sector manufacturero crecieron 8% (en promedio anual) en los últimos tres años con el uso adecuado de las reglas de origen del T-MEC.
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