Cinco minutos de gobierno corporativo

¿Cómo manifestar un desacuerdo sin comprometer tu trabajo?

Compartir un desacuerdo con el jefe puede ser la oportunidad para aportar más valor a la empresa, o bien, el inicio de una relación laboral incómoda.

¿Cómo manifestar un desacuerdo sin comprometer tu trabajo?


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C.P.C. y P.C.CO. Mauricio Brizuela Arce Socio en Salles, Sainz - Grant Thornton, S.C.
Cinco minutos de gobierno corporativo 16 de octubre de 2024

Cuando se piensa en un desacuerdo no siempre significa un enfrentamiento violento o la intención de hacerle daño a otro; también puede ser una oportunidad para compartir distintos puntos de vista que enriquezcan a las personas que participan, así como el escenario en el que una idea se transforma de una simple solución a una opción innovadora. Por eso, es una buena idea levantar la mano si alguien pregunta quién tiene objeciones al plantear una estrategia, incluso, si la persona que lo pregunta está al frente del equipo o de la empresa.

Un estudio de The Myers-Briggs Company de 2022 reveló que los conflictos en el trabajo se habían duplicado desde 2008; asimismo, que la causa de muchos de ellos es una deficiente comunicación entre las personas que colaboran día a día. Es decir, evitar expresar en voz alta (y a las personas indicadas) cuando no se comparte la misma opinión, puede traer más consecuencias negativas de las que se cree.

Estar en desacuerdo no debería ser una pelea que ponga en evidencia que no hay nada en común entre lo que busca la empresa y su talento, más bien, debe ser un espacio para nutrirse en conjunto.

Por supuesto, estar en desacuerdo con las ideas de alguien en un puesto superior no siempre es una posición cómoda, sobre todo, si el ambiente laboral no propicia el disentimiento porque “desde arriba” no hay apertura al diálogo, ya sea por falta de confianza en el talento de quienes forman parte de los equipos de trabajo, o bien, porque la inseguridad proviene precisamente de quienes se supone que son los líderes. Sin embargo, un verdadero líder abre la puerta a las ideas del talento que trabaja con él y las promueve cada vez que tiene oportunidad.

Aun así, no es tan fácil como decir “no” y listo, pues el objetivo de un desacuerdo es que se convierta en un acto constructivo para las partes involucradas. No siempre significa que una de ellas será la ganadora en una discusión para probar quién tiene la razón, más bien, se trata de saber cuál es la respuesta más adecuada para un obstáculo o meta en particular. Tampoco es sencillo, ya que, esa apertura al diálogo no ocurre la mayoría de las veces; por ende, compartiré cómo estar en desacuerdo con los puestos superiores sin causar daño en la relación laboral, pero sin que esto signifique sacrificar iniciativas valiosas.

Para lograrlo, creo que es importante identificar tres momentos clave cuando se tiene un desacuerdo de este tipo: antes de compartirlo, al comunicarlo y después de hacerlo.

Un desacuerdo puede ser una oportunidad para compartir distintos puntos de vista que enriquezcan a las personas que participan.

Antes de compartir un desacuerdo

Mucho antes de acercarse a quien ocupa el puesto de líder para explicar por qué se está en desacuerdo, es importante identificar las razones propias por las que se tiene esa postura:

  • ¿Se detectó una falla en la estrategia? Tal vez ya se había intentado algo similar y no vale la pena invertir recursos en ello nuevamente, por ejemplo.
  • ¿Se está ignorando una variable fundamental? Puede ser el público al que va dirigido o un cambio reciente en la industria, o bien, el mercado que implique ajustar, incluso, los indicadores de rendimiento.
  • ¿La idea que se presentó está del todo clara y el objetivo bien establecido? A veces no es que un plan sea malo, sino que no fue bien comprendido por su audiencia, por lo que, no está de más aclarar cualquier duda.

Si al responder estas preguntas es claro que es pertinente compartir el disenso, entonces es importante asegurarse de cuál es el momento adecuado para hacerlo, pues no se trata de exponer al superior frente al resto del equipo, sino de evitar problemas y mejorar la estrategia. Quizá sea mejor realizar el comentario en otro momento (en privado), a menos que se invite a los presentes a compartir sus opiniones en ese mismo instante.

Al comunicar el desacuerdo

  • Explicar las razones por las cuales no se está de acuerdo, dejando claro que no se trata de algo personal, sino de un asunto meramente laboral.
  • Compartir soluciones o alternativas a la idea original si ya se tienen en mente. Esto también establece que el desacuerdo no es con la intención de llevar la contraria, sino con el propósito de agregar valor a la idea.
  • Escuchar con calma los argumentos contrarios, pues es posible que existan detalles que no se habían contemplado y que podrían hacer cambiar de opinión a quien, en un inicio, tenía reservas.
Dialogo - acuerdo
El diálogo debe llevarse a cabo sin ataques personales y, de ser posible, con la menor emotividad, ya que, suele suceder que es el ego el que se siente atacado. No debe perderse de vista que el desacuerdo es con una idea o estrategia relacionada con lo laboral y, justamente, es dentro de ese contexto que se debería llegar a un punto en común.

Después de comunicar el desacuerdo

  • Aceptar si hay suficientes argumentos que sostienen la idea contraria, sobre todo, porque a partir de estos se puede aprender algo valioso para futuras ocasiones.
  • Mostrar compromiso con la empresa. Es decir, sin importar el resultado del disenso, llevar a cabo las acciones acordadas, aunque no se esté del todo de acuerdo con ellas.
  • Dejar a un lado el ego, aun si se demuestra que la persona en el puesto superior estaba equivocada, pues este tipo de ejercicios debe dejar como resultado un aprendizaje para ambas partes.
Un verdadero líder abre la puerta a las ideas del talento que trabaja con él y las promueve cada vez que tiene oportunidad.

Conclusiones

La experiencia lo irá dictando y todo dependerá del perfil, así como de la personalidad de quienes están al frente de los equipos o de la empresa; sin embargo, habrá que aprender a reconocer que es necesario elegir las batallas, por ende, ciertos desacuerdos deberán convertirse en concesiones, tal como aceptar una idea a cambio de hacer otros ajustes que suelen tener mayor peso en el desarrollo de una estrategia; esto también ayuda a negociar con mayor flexibilidad en el futuro. Es bueno recordar que nadie es infalible y que, en más de una ocasión, el error cambiará de lado.

Siempre es importante tener presente que estar en desacuerdo no debería ser una pelea que evidencie la falta de puntos en común entre lo que busca la empresa y su talento, más bien, se trata de un espacio para nutrirse mutuamente; porque si se parece a lo primero, quizá es momento de buscar otro lugar para desarrollarse profesionalmente.icono final



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